viernes, 21 de octubre de 2011

"A José Antonio lo mataron por guapo"

Estaba yo un día cualquiera en la Biblioteca Municipal ojeando el catálogo cibernético de ejemplares cuando a mis oídos llegó el monólogo con que un mediopensionista (y aquí comienza la segunda parte de "Política, toros y mediopensionistas.") estaba obsequiando a uno de los empleados de la biblioteca, uno de esos empleados cuyo trabajo en la actualidad consiste en decir "La máquina de autopréstamo está abajo." y "Si pone en el ordenador que ese libro está disponible y no lo encuentras es porque se ha perdido."

Pues bien, el citado mediopensionista era el típico hombre de edad avanzada con mucho tiempo libre y muy poca vergüenza que no duda en comentarte sus impresiones acerca de un tema sobre el que no le has pedido opinión.
Dado que escuchar conversaciones ajenas a una cierta distancia es un gran ejercicio de audición (sí, si alguna vez intento enterarme de algo que no me incumbe no es porque sea un cotilla, sino por mero ejercicio músico-sensorial) sintonicé mis oídos en dirección a la minitertulia y pude escuchar lo siguiente: "... y te digo una cosa: que a José Antonio lo mataron por guapo, porque se llevaba a todas las mozas con su labia y le tenían envidia... y que conste que yo no soy de partido ninguno."... yo no soy de partido ninguno... esta es la frase que retrata a una de las tribus urbanas más peculiares de España por lo autóctono y carpetovetónico de la misma: los nostálgicos del franquismo.

¡Ojo! No hay que confundir a los nostálgicos del franquismo con otros grupúsculos como los skinheads (los que te fockan y te parten la boca si no eres como ellos, esto es, si tienes estudios) o los neocon (niños bien con polos rosas anudados al cuello y flequillazo).
No, para ser un nostálgico como Dios manda la condición primera es haber vivido el franquismo (obvio, no se puede ser nostálgico de algo que no has vivido) y la segunda es considerarlo "un periodo de extraordinaria placidez" (Mayor Oreja dixit) hasta el punto de repetir hasta la saciedad los otros hits de esta tribu:
- Con Franco se vivía mejor.
- Si Franco levantara la cabeza.
- Esto con Franco no pasaba.
- Como ahora ya vale todo.

Creo que ahora ya se os viene a todos la imagen de un abuelo, tío o vecino que podríais identificar como nostálgico. Suele ser bastante común además que el tío nostálgico sea además el tío gracioso con el que todo el mundo se parte la ñocla en bodas, cumpleaños y demás acontecimientos familiares. Todavía no he logrado descubrir el porqué de esa relación, pero suele ser así, se ve que con Franco se reía mejor.

Lo que sí me ha quedado claro intentando documentarme para este artículo es que las democracias tienen una preocupación nula por la estética y la imagen. Mucha libertad de creación para luego levantar obras clónicas que en nada destacan unas sobre otras.

Ayer mismo murió el dictador libio Gaddafi. Ese hombre que fue enemigo, amigo y enemigo de occidente y que acostumbraba a plantar su jaima en las residencias de los mismos presidentes que después le bombardearon (eso sí que es una traición y no la de Figo).
Todos los colectivos parecen haberse alegrado de la noticia salvo uno, los fashionistas, que pierden a uno de sus máximos exponentes casi a la altura de Lady Gaga. Valga como muestra el siguiente reportaje gráfico de la revista Time.

http://www.time.com/time/photogallery/0,29307,2055860,00.html

Y si Gaddafi y sus modelitos imposibles son buena muestra de la preocupación por la imagen de las dictaduras no se quedan atrás los siguientes:

- Kim Jong Il: amante de las permanentes a lo Almodóvar y las alzas a lo Tom Cruise, promotor de autopistas de 5 carriles en un país sin coches y fanático de los desfiles militares multimillonarios (antecedente claro de la moda de los flashmobs).


- Adolf Hitler: qué decir que no se haya dicho ya. Montó unos Juegos Olímpicos a mayor gloria del Reich donde no se seleccionó a los atletas alemanes por sus marcas sino por su semejanza al ideal ario. Curioso, viniendo de un tipejo austriaco, moreno y bajito.


- Nicolae Ceaucescu: estrenó 9000 trajes a lo largo de su dictadura. Y es que ya sabéis: ¡ponte traje!.


Y la lista es interminable, pero volvamos a nuestro dictador patrio, Francisco Franco.

Se ha calificado el estilo franquista de austero y sencillo, pero eso se debe a que en aquellos tiempos las revistas de moda y decoración estaban prohíbidas por ser cosa de invertidos. Sugiero que con la revisión de la Memoria Histórica se le dé a su estilo una vuelta de tuerca y se le denomine "preminimalismo" o algo así.
Porque Franco, como todo dictador que se precie era un abnegado patriota que dedicaba todo su tiempo a servir al pueblo, pero eso no era óbice para preocuparse por la imagen que su régimen proyectaba y dejar un legado para que los nostálgicos pudieran venerarlo con posterioridad.

Ya durante la guerra marca tendencia y se erige en precursor del Photoshop con su entrevista con Hitler en Hendaya. He aquí los documentos:
Foto 1: Franco, junto a Hitler, con los ojos cerrados
Foto 2: misma foto. Franco con los ojos abiertos (¿copy-paste?, ¿tampón de clonar?) 

Foto 3: Franco no sólo ha abierto los ojos, además ha crecido y ahora es tan alto (bueno, eso de tan alto: 1,72) como Hitler.

Marcó así el camino para otros grandes maestros del retoque fotográfico como Ana Rosa Quintana o la Reína Sofía.

Pero el campo artístico donde el generalísimo dejó mayor huella fue sin duda la arquitectura. Al igual que se habla de los puentes de Calatrava o los museos de Gehry, los libros de arquitectura deberían contener un capítulo dedicado a los pantanos de Franco.
El caudillo, al más puro estilo Steve Jobs, se adelantó a las necesidades de los españoles y en un alarde de ingenio aunó estética y funcionalidad en mastodónticas presas que poblaron los campos ibéricos y dieron y dan de beber a toda la nación.
Pero Franco no se contentó con eso. Necesitaba una obra más personal donde dar rienda suelta a su creatividad y de paso enterrar a José Antonio, al que habían matado por guapo en Alicante durante la guerra.
Y es en ese momento cuando Franco decidió crear su gran obra maestra, un monumento más extenso que Siberia y más alto que los hermanos Gasol uno encima del otro: el Valle de los Caídos.
Sólo había un problema, necesitaba artistas que pudieran plasmar en piedra las grandes ideas que el caudillo tenía en mente y ya se sabe, los artistas siempre han sido un poco rojos pero el caudillo en gran expresión de magnanimidad no dudó en recolectar a los mejores aunque tuvieran el carné del PSOE todavía rodando por los cajones.

¿Para cuando una rave en la explanada del Valle de los Caídos?

Cabe destacar como curiosidad que la magnitud de esta construcción fue tal que resultó ser mayor que El Vaticano lo cual no agradó al Papa de la época (que no era Razinger, que por aquella época estaba en Juventudes Hitlerianas) y hubo de tirarse un muro que dividiera el monumento en dos.

A estas alturas de artículo alguno estaréis pensando "Juanjo, has dicho mil y una tonterías pero todavía no has opinado nada sobre el legado franquista y qué se debe hacer al respecto."
Bueno, pues la verdad es que es algo que me da bastante igual. El mal ya está hecho y se debe resarcir a las víctimas del régimen franquista como en su día Franco rindió honores a las de la represión republicana (algún día contaré la historia de mi familia, sólo decir que el nombre de algún antepasado está en una cruz de los caídos junto al de José Antonio. Y no, José Antonio no era de mi pueblo ni de ninguno de los otros 8000 donde figura su nombre).

Es más, creo que estás líneas de "God save the queen" de los Sex Pistols son muy acertadas al respecto:

God save the queen
'cos tourists are money
Sex Pistols

Si hay hordas de turistas japoneses y americanos que están dispuestos a pagar por ver los vestigios del franquismo a mi no me molestan para nada.

Y para cerrar el tema del franquismo, sus nostálgicos y las excentricidades de los dictadores os dejo un vídeo del personaje que más partido ha sacado a todo esto, el que se ha autodenominado el facha nº 1 de España: Juan Navarro, dueño de Casa Pepe en Despeñaperros.


Y hablo de él como personaje, porque sin duda me parece que todo en él y en su bar es puro márketing e imagen de marca (y eso que al tipo en cuestión no se le ve pinta de haber pasado por ninguna Escuela de Publicidad). No dudéis que cuando pase por ese bar escribiré una nueva entrega de Guía Juanjsa.

Esto es todo por hoy. Cierro con esto la segunda parte de "Política, toros y mediopensionistas." En la última entrega hablaré de la política del pueblo de mis padres ahora que ya conocéis los elementos que deciden el voto por esos lares.

Un saludo.

domingo, 16 de octubre de 2011

Sobre el Estado del Bienestar

Ayer tuve la ocasión de asistir a una de las manifestaciones convocada por el Movimiento 15M y la plataforma Democracia Real Ya (o eso es al menos lo que ponía en los carteles) en multitud de ciudades españolas y del extranjero. En concreto, a la de mi ciudad (que para los que no lo sepáis es una capital de provincia castellanomanchega que no es Toledo, Albacete, Cuenca, ni Guadalajara).

Dado que este es un articulo de opinión y que muchos de los que lo leáis no estuvisteis presentes (aunque luego sí que acudisteis a la manifestación convocada por Don Simón y Casón Histórico en el aparcamiento del INEM) considero oportuno enlazar aquí la noticia contada de manera objetiva por la prensa local:

http://www.lanzadigital.com/actualidad/800_personas_“mas_que_indignadas_hartas”_se_unen_por_un_cambio_global-25382.html

http://www.latribunadeciudadreal.es/noticia.cfm/Local/20111016/casi/millar/personas/clama/calle/cambio/global/5C2C9023-C855-7BE5-D18F3B1204F489B9

Bien, ahora que ya tenéis la información mínima necesaria para saber de qué va el tema, es momento de comentar mis impresiones al respecto.

Debo comenzar diciendo que no tenía intención de ir dado que sigo sin saber muy a ciencia cierta cuáles son las acciones concretas que reclaman los convocantes y, sobre todo, los medios para llevarlas a cabo. Pero la otra alternativa que tenía a esa hora era ver a esa panda de millonarios que visten de blanco y se reúnen un par de veces en semana para correr detrás de un balón, así que opté por bajar a la calle y, siguiendo uno de los cánticos de la manifestación, unirme a ellos, no sólo mirarlos.
No hace falta decir que bajé con el chándal de estar en casa y la camiseta-pijama talla XL que me pongo para bajar la basura, pues era la etiqueta exigida por la organización.

No era la primera vez que tengo contacto con estos grupos, pues he tenido la oportunidad de compartir tertulia con algunos miembros de base ya activos antes del 15 de mayo y he podido estar en un par de ocasiones en Sol comprobando de primera mano la agitación que allí se vivía.
En verdad, tengo que reconocer que ya era hora de que surgiese un movimiento social interesante y de que esa juventud a la que se acusa de estar aborregada se uniese.

Lo que pude ver en mi primera visita a Sol, el 18 de mayo, me hizo albergar algo de esperanza. Se había constituido una especie de foro público de personas de toda edad y condición donde surgían multitud de debates espontáneos y se recogían propuestas (unas con más sentido que otras, todo hay que decirlo).
Se vislumbraban ya por aquella fecha algunas de las carencias más notables del movimiento como la organización un tanto difusa o la inexistencia de un plan de acción tras las medidas propuestas.
Pero bueno, habían transcurrido sólo 3 días de reunión efectiva (si bien el movimiento estuvo organizándose durante los meses previos, por si a alguien le pilló de sorpresa) y todo el que sabe algo de Ingeniería de Proyectos es consciente de que cualquier proyecto cualquiera que sea su naturaleza comienza por el "Needs Statement" donde se plantean los objetivos sin más, para después proceder a la organización efectiva del equipo de proyectos y la resolución de las cuestiones técnicas.
Es por ello que decidí darles un voto de confianza.

Volví por allí el 9 de junio y cuál fue mi sorpresa al ver que allí nada había avanzado, salvo el mal olor que había ahora bajo los tenderetes instalados.
Ya era evidente que el movimiento estaba estancándose, antes siquiera de haber llegado sus propuestas a ser tenidas en cuenta.
Porque si en algo han puesto especial interés es en decirnos que el movimiento no tiene líderes, que se trata de una organización horizontal donde el voto individual de cada persona tiene el mismo valor y que la oposición de un solo individuo es suficiente para dar marcha atrás y "redebatir" un asunto.
Si algo he aprendido durante mi años de andanza universitaria es que cualquier proyecto sin organización ni jerarquía no es más que un brindis al sol. Sólo hace falta echar un vistazo a la historia para ver que los movimientos que han perdurado en el tiempo, para bien o para mal, siempre han gozado de la existencia de una cabeza visible, alguien que ha ejercido de líder llegando incluso a dar nombre a su legado.
Todo lo que nació de la multitud, de manera más o menos espontánea, o bien quedó en flor de un día o bien fue aprovechado por alguien que disponía del carisma suficiente para sacar tajada de la desorganización.

Claro, todo ello se hace en pos de la igualdad, pero... ¿de la igualdad de qué?
Sé que el concepto de la igualdad es muy bonito (aunque no tanto como para dedicarle un ministerio), y que un mundo con plena igualdad sería maravilloso: que todos fuesemos igual de ricos, de guapos y de buenos futbolistas, ¿pero alguien a día de hoy sigue considerando que esto es posible?
Yo, a día de hoy, la única igualdad en la que creo es en la igualdad de oportunidades. Por desgracia, no todos nacemos en familias nobles ni tenemos familiares empresarios que nos dan un sueldo fijo por aparecer por la oficina de vez en cuando, pero no por ello soy partidario de la redistribución de la riqueza ni de las expropiaciones estatales ni nada por el estilo.
Considero que la labor del Estado en este sentido es la de asegurar la igualdad de oportunidades, lo que se traduce básicamente en la existencia de una Educación y una Sanidad públicas al alcance de todos a fin de permitir que cualquier individuo tenga la oportunidad de formarse para prosperar y de estar sano para desarrollar su actividad.

Es en este punto donde quiero retornar a la manifestación de ayer.
Primero, reincidir en el hecho de que el movimiento de los "indignados" es seguido por personas de toda condición como ya dije antes por lo que las líneas que ahora siguen se refieren a una serie de personas concretas cuya presencia en estos eventos es notable, por favor no empecéis a decir que si fulanito que es profesor de universidad o menganito que es abogado estaban allí porque las noticias que he puesto al principio dan fe de ello y a algún conocido que otro ví.
Las personas a las que me refiero son los llamados "perroflautas". Me gustaría usar otro nombre menos despectivo, pero creo que con este todos sabemos a quienes me refiero.
Pues bien, hay que reconocer que el índice de perroflautismo en las marchas convocadas es bastante elevado. Se tratan de personas cuya dedicación es confusa, gente que acumula un historial de abandonos importante en todas las aventuras que han emprendido, ya sean estudios o trabajo, y cuya capacidad de esfuerzo y de sacrificio es bastante limitada. Y es esta gente la que está exigiendo la igualdad, la equiparación con aquellos que se han esforzado y que han perseverado en la consecución de sus objetivos vitales.
Y es que es más fácil culpar al sistema de tu situación que reconocer los fallos propios y preocuparse de corregirlos. ¿Por qué?. Porque, efectivamente, el sistema nos ha aborregado. Papá Estado nos dio las facilidades que antes he mencionado, y nosotros, en vez de utilizarlas para escalar en el sistema, las aprovechamos para pasar el rato y dedicarnos a la autocomplacencia y el ocio mientras el Estado nos pagaba Becas para matricularnos en cursos que nunca aprobábamos, financiaba excursiones para que aprendiésemos inglés y terminásemos aprendiendo ingles y nos recogía cuando nos pillábamos un buen ciego y nos llevara a un hospital a recuperarnos de la melopea.
Ahora ha llegado el crack del Estado del Bienestar y las alarmas han saltado. Hemos festejado y vivido la buena vida a costa de las propinas del Estado y ahora que Papá Estado se ha quedado sin blanca, tenemos 30 años y cero formación
Entonces, ¿Por qué es por lo que se está luchando? ¿Por el cambio de sistema? ¿O por mantener el sistema ya existente sin recursos para ello?

Ahora abro el paraguas y me preparo a recibir las críticas. "Es que hay personas que por circunstancias de la vida (enfermedades, maltratos etc.) no pueden salir adelante y nadie se preocupa por ellos". Ahí estoy de acuerdo. Es cierto que hay tantas historias como personas y soy el primer partidario de que se ofrezca un apoyo total por parte de la sociedad a estas personas y en este sentido, una aplicación efectiva de la Ley de Dependencia creo que sería un gran avance que supondría un paso más en el Estado del Bienestar.
Pero seamos también honestos y pensemos en que por cada una de esas personas que lo están pasando realmente mal y que no tienen opciones de mejorar su situación conocemos al menos 10 cuya desgracia proviene únicamente de la irresponsabilidad, de haber vivido por encima de sus posibilidades cuando las cosas iban bien en el caso de los adultos y de no haber aprovechado las oportunidades que se les brindaban en el caso de los jóvenes.
Conozco personas que a la vez que estudian, realizan prácticas en empresas, realizan becas de colaboración con la universidad, dan clases particulares y aprenden idiomas. Igual que conozco personas que son capaces de llevar a cabo en condiciones siquiera una actividad. Entonces... ¿Somos partidarios de que ambas personas ocupen la misma posición en la sociedad? ¿o de que una viva a costa de la actividad de la otra?
Nunca se sabe qué depara el destino a cada individuo y soy consciente como el que más de que a la hora de obtener un empleo el apartado "Referencias" es un 70% de los méritos pero la mejor forma de luchar contra ello es a través del esfuerzo, del trabajo duro y de la perseverancia, no la protesta y el llanto.

Hasta ahora no he dicho nada del orden político, a pesar de que los "movimientarios" apuntan a la estirpe política como uno de los actores principales del Sistema, pero la verdad es que no tengo nada qué decir al respecto, no me parece nada más que otro de los malísimos enemigos a los que culpar de nuestra desgracia.
Nunca he votado, y creo que salvo que te canjeen el voto por una entrada para la final de la Liga de Campeones tampoco lo haré el 20N.
Ahora decid que no votar es un insulto a la gente que luchó durante años por ese derecho o que no votar supone que no puedes quejarte después.
Pero la verdad es que el sistema político me parece una absoluta pantomima y que el voto es una manera de legitimar y justificar la presencia de unos señores en el Congreso y el Senado. Sé que en esto coincido con algunos de los más radicales movimientarios y que parece contradecirse con mi teoría de las jerarquías, ¿pero alguien cree que el devenir del Estado y de nosotros mismos cambia sustancialmente porque manden unos u otros? Es más, (y ahora doy lugar a las elucubraciones conspiranóicas sobre la masonería) ¿estáis convencidos de que las decisiones que regulan el Estado provienen del Congreso y el Senado sin influencia externa?
Si de algo sirve el teatrillo de la política, y vuelvo a coincidir con el movimiento, es para que algunos hayan hecho carrera de ello y puedan vivir del cuento durante años.

Y aquí cierro el círculo. Entonces, ¿ No se ha puesto acaso el punto de mira en los políticos porque no son otra cosa que el reflejo de nuestras aspiraciones: vivir bien a cambio de un trabajo en muchos casos sosegado?

Muchas ideas he omitido en este artículo, por lo que más que nunca me gustaría recibir vuestros comentarios para poder debatir algunos puntos, y no descarto escribir una segunda entrada a no mucho tardar.

viernes, 7 de octubre de 2011

iGod ha muerto

Estimados lectores, me van a permitir parafrasear a Nietzsche y su "Dios ha muerto" para comenzar este artículo sobre la figura de Steve Jobs o más bien sobre su impacto en la sociedad actual.
Ya sé que en el punto 3 del Libro de estilo del blog dije que nunca haría un obituario de un escritor del que nunca hubiese leído nada o de un músico al que nunca hubiese escuchado, y debo reconocer que nunca en mi vida he comprado un producto de Apple así que tienen todo el derecho de criticarme y decirme que he traicionado mis principios o cualquiera de las frases típicas de talifanes que expuse en aquella entrada. Si sirve de algo, he visto Toy Story, por lo que algo de mi dinero habrá ido a parar a los bolsillos del difunto señor Jobs, que en paz descanse.

En cualquier caso, no me ocuparé en este artículo de narrar la vida y milagros de iGod, pues ya se han ocupado de ello todos los medios de comunicación del mundo.
Tan sólo quiero dar mi particular visión acerca de una de las frases que se le han dedicado en uno de sus recordatorios: "Steve Jobs dio respuesta a las necesidades del ser humano antes siquiera de que éste supiera que tenía esas necesidades".

Antes de nada, debo decir que, como en el caso de Cristiano Ronaldo y de todas aquellas personas que llegan a la cima de su trabajo a base de esfuerzo y tenacidad, este hombre merece mi máximo respeto y admiración. Es más, en este caso, incluso me parece que su obra es de mucho mayor valor para la humanidad que los goles de cualquier futbolista.
No obstante, la mencionada frase creo que es lo suficientemente explicativa para introducir en este blog uno de los temas que más ocupa mis horas de reflexión en los últimos tiempos: La sociedad de consumo. Efectos presentes y futuro próximo.

Efectivamente, Steve Jobs posee un gran carisma que le ha valido para convencernos de que necesitamos un iPod, un iPhone, un iTouch etc. del mismo modo que Jesucristo logró convencer a 12 tipos para que le siguieran en sus aventuras o Adolf Hitler convenció al pueblo alemán para vengar la afrenta sufrida en la I Guerra Mundial. Pero he ahí el quid de la cuestión: ¿Realmente necesitábamos todos esos ítems? y ¿Por qué los de la marca de la manzana y no otros?

Respecto a la primera pregunta, me atrevería a afirmar que no casi con toda seguridad. Realmente la necesidad de disponer de un teléfono con el que se pueda hacer fotos, entrar en Internet y jugar a meter el dedo en el ojo a Mourinho no es algo que esté en la naturaleza intrínseca del ser humano y es sin duda producto de la gran ingeniería social que se desarrolla en pos del consumo. Porque el sustento de dicha sociedad de consumo depende en gran medida de que las mentes pensantes ideen formas de que necesitemos de sus productos y no una única vez. Aquí es donde entra en juego lo que en ese famoso documental de La 2 llamaron "Obsolescencia programada" siendo este fenómeno uno de los más esperpénticos que derivan de la economía de mercado.
Si visionáis dicho documental veréis cómo Apple está perfectamente situada en este juego y marca tendencia.

Ahora bien, digo con casi toda seguridad porque seguro que los seguidores de iGod ahora me replicarán con que los productos de otras marcas no son más que una copia de los de Apple y que si acaso yo no uso un reproductor de mp3 o un ordenador portátil o noséqué más. Y es aquí donde entronco con la segunda cuestión planteada.

Apple se ha constituido no en una marca o empresa sin más, sino en una religión. Cuenta con millones de devotos a lo largo y ancho del planeta que veneran a su líder y esperan con ansiedad cada una de sus novedades. Su modelo de márketing es todo un ejemplo de cómo elevar al máximo el valor añadido de cualquiera de sus productos a través de la creación de una comunidad fiel que está dispuesta a pagarlo y el sistema cuenta con un lazo de realimentación perfectamente estudiado.

Hasta aquí los puntos que me apetecía exponer hoy. Me gustaría que sirviesen de punto de partida para una serie de artículos sobre mercados, consumo y modelos alternativos que me gustaría escribir en futuras entradas por ser un tema de crucial importancia en el momento histórico que vivimos.

Aparte de esto, debo decir que otro de los asuntos que siempre me ha preocupado es el de la ciclicidad del tiempo en el sentido de que todo lo que haces, ya sea un acierto o un error, determina el futuro de una u otra manera. Y creo que el discurso de Jobs en Stanford que posteó JM8 en la anterior entrada del blog deja algunas reflexiones altamente interesantes sobre ello por lo que recomiendo a todos los lectores del blog que inviertan 15 minutos de su vida en escucharlo.
Por eso quiero terminar agradeciendo esta aportación y como siempre, diciendo que todos los comentarios son bienvenidos pues todos sirven para mejorar y plantear nuevos temas.

P.D. No me olvido de los artículos prometidos sobre Pérez Reverte, la masonería (hoy he visto un documental sobre los canteros en La 2) ni la continuación de la trilogía político-taurina. Permanezcan en antena y llegarán.