sábado, 9 de junio de 2012

La €copa

Mientras la Unión Europea naufraga en el mar de la incertidumbre económica y los tiburones financieros se preparan para devorar los despojos que van quedando por el camino, sus habitantes se preparan para la fiesta cuatrienal del fútbol europeo de naciones, la Eurocopa.
Ese torneo que hace que España compita de tú a tú con Alemania en algo, que los ingleses se sientan europeos y que los países del este sufran una inflación de precios digna de los de occidente.

El fútbol es el "pan y circo" de la actualidad y la Eurocopa el evento que no querría perderse ni el propio emperador. Por ello el artículo de esta semana en JUANJO DICE se ocupa de ello.

En este año 2012, los países agraciados con la celebración de la Eurocopa han sido Polonia y Ucrania, dos naciones del antiguo bloque soviético.
La FIFA, en ese afán de expansión (unos lo llamaran imperialismo, otros globalización, otros cosmopolitismo...) que comparte con el Comité Olímpico Internacional tiene por objetivo llevar sus competiciones a aquellos sitios que no contaron tradicionalmente para la organización de ese tipo de eventos. Así hemos asistido y asistiremos en estos años a acontecimientos en China, Brasil o Catar, entre otros.
Y es que pocos son los países "tradicionales" que quieren apostar en este momento por la organización de un macroevento tipo Olimpiadas o Mundial de fútbol porque ya se sabe lo que ello conlleva.
Inversiones multimillonarias, construcciones faraónicas, renovación indiscriminada de infraestructuras, recalificación de terrenos... todo ello con la esperanza de dar publicidad al país de turno, mejorar su imagen frente al resto de la humanidad y aumentar los ingresos por turismo.

La organización de eventos es por tanto un caldo de cultivo propicio para las grandes enfermedades que aquejan al capitalismo actual: la corrupción y la especulación. Y como un hacker que nunca está satisfecho con atacar 10000 ordenadores si puede atacar 1000000, el capital se está ocupando de abrir el firewall que protege a las potencias emergentes para seguir explotando los mecanismos que han esquilmado los recursos de la vieja Europa.

Como he dicho anteriormente, este año disfrutarán de su particular "Lluvia de estrellas" (aquel programa en que un tipo anónimo entraba por una puerta humeante y salía por el otro lado convertido en Julio Iglesias) Polonia y Ucrania y tendrán ocasión de mostrar una imagen pulcra y aseada de sí mismos.

Lluvia de Estrellas post-soviet

Y es que estos dos países no están exentos de polémica.

Por un lado, tenemos a Polonia. Tras un siglo XX convulso en el que sus territorios estuvieron gobernados por el imperio alemán, ciudades-estado, la Alemania nazi y los comunistas, llego la caída del muro y el ascenso del sindicato Solidaridad con Lech Walesa a la cabeza, y tras él, uno de los giros más radicales a la derecha que se han visto en Europa, la presidencia de los gemelos Kaczynski (sí, esos que denunciaron a los Teletubbies por ser demasiado gays). Una agitación política que ha impedido ponerse en su lugar a un país con potencial para ser la sexta economía de Europa.
Y si de agitación política se trata, no se queda atrás Ucrania, viviendo todavía la resaca de la Revolución Naranja de 2004 y con la "lideresa" Yulia Timoshenko en la cárcel. A ello se añade la intervención del grupo feminista Femen. Un grupo cuyo objetivo, dicen, es evitar que la Euro 2012 sea un llamamiento masivo al ejercicio y al consumo de la prostitución. Resulta paradójico que para ello recurran a aparecer desnudas en actos diversos, sobre todo cuando se tratan de señoritas de buen ver, no como la mayoría de las feminazis españolas (esto me vuelve a dar qué pensar sobre por qué las tenistas rusas son tan guapas y las españolas tan feas).

¿Luchando contra la prostitución? Permítanme dudarlo

Tras la pildorita sociopolítica de costumbre, retornemos a la faceta más ligera de este blog y pongamos nuestra atención en el núcleo del espéctaculo, el fútbol.

En efecto, del 8 de junio al 1 de julio, a los españoles nos volverá a dar igual la prima de riesgo, la reforma laboral y los rescates a los bancos y nos preocuparemos de lo qué siempre ha sido importante, si la selección pasará de cuartos o volverá a hacer el ridículo como antaño.
Porque hay que reconocerlo, la selección era más divertida cuando perdía. Goles ganadores como el de Iniesta hay muchos y cada equipo tiene su propia historia. Pero sólo un equipo atesora momentazos como el codazo a Luis Enrique en 1994, la cantada de Zubizarreta en 1998, el penalti de Raúl en 2000 o el centro de Joaquín que no salió de fondo en 2002 y ese equipo es la selección española (sigue rechinandome eso de "La Roja", cada vez que lo escucho me viene a la mente la Pasionaria o, en su defecto, Pilar Bardem).

The Spanish National Team Greatest Hits

Todas estas desgracias nos valieron el apelativo de underachievers desde las islas británicas, esto es, aquel que siempre queda por debajo de las expectativas. Porque otra cosa no, pero a chulería España ya era campeona desde hace mucho tiempo. Esas fases de clasificación en las que se ganaba por 7-0 a potencias futbolísticas como San Marino, Malta o Liechtenstein (nota para los locutores de TV: se pronuncia /liktenstain/, no /líchestein/) ponían año tras año a España en todas las quinielas para ganar los torneos internacionales y el fracaso era así más sonado.

Así fue hasta que se hizo con las riendas el entrenador más grande de la historia del Atlético de Madrid, Luis Aragonés. Pero no iba a llegar el éxito a la primera.
En una de sus clásicas rajadas, Luis dijo antes del Mundial de 2006 "Si no nos acercamos a los que ganan me voy" a lo que fue inquirido: "¿Y qué considera usted qué es acercarse a los que ganan?" "Semifinales".
Tras una fase de grupos impecable como tantas otras veces llegaron los octavos y un inmenso Zidane mandó a casa a los españoles.
¿Y Luis se fue? No, hizo un Don Tancredo y siguió pilotando la nave. Una nave que iba justita de combustible y que terminó por estrellarsé en Irlanda del Norte un 6 de septiembre de 2006. Aquel día quedaron proscritos Joaquín, Reyes, y, sobre todo, Raúl.
"El que nunca hace nada" efectivamente nunca había hecho nada con la selección, excepto marcar una sarta de "churrigoles" a los grandes equipos antes citados. Pero como si del Cid Campeador se tratase, sus seguidores, muchos de ellos en las redacciones de los periódicos, se empeñaban en no bajarlo del caballo y fue Luis, contra la opinión de la prensa y de la afición el que decidió que era necesaro prescindir de él para dar un giro al juego de la selección.

... Y entonces llegó el éxito, la Eurocopa de 2008. Y entonces todos estuvimos a muerte con la selección, con el entrenador y hasta con la Federación de Villar. Muchos dirán que más de la mitad de la gente que salió a celebrar el triunfo son unos chaqueteros que no daban un duro por España antes de la final, que son esos que después del fracaso decían "Si yo voy con Brasil, que hace jogo bonito". Pero esos son los verdaderos españoles, porque ¿qué hay más español que subirse al carro de los ganadores?, nada.

Y una vez acercado a los que ganaban, Luis marchó a Turquía en busca de yoquéséqué y dejó la selección en manos de ese hombre al que se dice echaron del Real Madrid por ir en chándal y no en traje italiano como mandan los cánones estéticos de la casa blanca: Vicente del Bosque (aka Zebulon Macahan).

Zebulon feliz tras su designación como seleccionador nacional

El bueno de Zebulon se caracterizó en su etapa merengue por ser el conciliador de los egos galácticos y ese era el objetivo de la Federación de Fúrgol (si el presidente de la RFEF dice fúrgol es porque este deporte se llama fúrgol), que el bloque ganador recién construido no se viniese abajo por disputas o rencillas. Y Zebulon lo volvió a hacer. Con poca innovación, ganó el mundial con un juego del que estaría orgulloso el mismísimo Valero Rivera, con un puñado de tíos pasándose la pelota en horizontal delante de un muro de rivales encastillados en la frontal del área hasta que el único jugador con un poco de sangre en las venas, David Villa, acertaba a batir al portero contrario.

Pero este año para desgracia de Zebulon, el guaje no estará y serán otros los que tendrán que marcar los goles. Es el momento de demostrar que es algo más que "el pacificador" y dé con la tecla  que permita a España seguir ganando.
Sólo así podremos volver a ver las calles de España cubiertas de banderas como en los tiempos del generalísimo y a los mismos que hace 2 semanas pitaban el himno en la final de Copa gritar eso de "Yo soy español, español, español...".

Pero la empresa no va a ser fácil, los entrenadores de medio mundo han sutituido en sus videotecas los VHS de Jurassic Park por partidos del Barça del filósofo Guardiola y han maquinado una contraestrategia que ponga en aprietos a la selección española.

Pero España no estará exenta de "motivación". Según se publicó esta semana pasada, cada uno de los 23 seleccionados de Zebulon recibirá un emolumento de 300000 € en caso de hacerse con el título, lo que hace un total de 6900000 € pero, no os preocupéis, seguro que eso ya está previsto en el fondo de rescate.
Si me leyese algún directivo de la FEF ahora diría que ese dinero viene de los premios que da la UEFA o del que genera la propia Federación en concepto de noséqué y si me leyese algún economista diría que el impacto publicitario de ese triunfo reportará un aumento del turismo y un reforzamiento de la marca España.
Pero volvemos a lo que apuntaba al principio sobre los países organizadores... la inversión es fácilmente cuantificable, pero ¿quién nos asegura que su retorno la compensa?

Así, podremos reflexionar y decidir si realmente nos beneficia el éxito español en la Eurocopa... Yo, por si acaso, ya me he preparado para el posible fracaso: "Si yo voy con Brasil, que hace jogo bonito".

Pues eso, un saludo para todos los lectores, y quedan abiertos los comentarios para que déis vuestra opinión sobre las cuestiones que queráis y para que hagáis vuestra apuestas para la Euro 2012 (No, no soy el MediaMarkt y no os voy a regalar una tele si acertáis el campeón pero os quedará el orgullo de haber sido adivinos y decir eso que tanto gusta a los periódicos deportivos: "Como ya adelantamos, XXXX ganó la Eurocopa").

1 comentario:

  1. El Viernes pasado, un amigo y yo, comíamos un kebab en un restaurante Azerbaiyano, en la televisión comenzaron las noticias del canal Cuatro, la primera de dichas noticias (lo cuento a modo resumido) trataba sobre la posible reducción de los días moscosos de los funcionarios, la segunda hablaba de la Eurocopa..."seguramente volvamos a ganarla" comentaba el iluminado periodista. Tras oír ambas noticias, hice el siguiente comentario: "ojala y pierda España de goleada, pero en la fase de grupos, sin ir más lejos" tras escuchar esto, un hombre de unos 40 años que se encontraba comiendo en una mesa muy cercana, no pudo evitar mirarme con cara de odio e intentar tragar el bocado de kebab que se le había atascado. A mi amigo, le conté el porque de mi comentario, que no era otro que una crítica político-social.

    ¿Qué es mejor, unos borregos contentos porque su equipo nacional les aporte un "triunfo" tras tantas derrotas laborales, o un enfado por volver a ser la selección de antaño y unir este nuevo malestar a tantos otros labrados en todos estos meses de paro? Yo prefiero que el pueblo se queme del todo, igual los españoles reaccionan por fin...

    Saludos!

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